La coalición bonaerense Fuerza Patria experimentó esta semana una muestra de lo que deberá enfrentar en los próximos 45 días. Con las listas presentadas el último lunes, el frente electoral del PJ priorizó desde el arranque las visitas de Axel Kicillof a distintos municipios, con anuncios e inauguraciones. Pero a menos de 72 horas de anotadas las candidaturas, el peronismo de PBA se topó con el primer conflicto de escala con su rival más difícil: el mileísmo (o lo que es lo mismo, el gobierno nacional). El detonante fue la denuncia contra el excomisario Maximiliano Bondarenko, primer candidato de LLA en la Tercera sección.
Desde la gobernación acusaron a Bondarenko de planificar una serie de acciones que buscaban desestabilizar a los jefes de la Policía Bonaerense; también a la gestión provincial. Plantearon que el excomisario venía operando con 24 uniformados activos. En declaraciones a Radio 10, el ministro de Seguridad de PBA, Javier Alonso, aseguró que los 24 agentes “usaban las oficinas y elementos del Estado para brindar apoyo a este candidato (por Bondarenko) y diseñar medidas urgentes que dispondrían cierto nivel de intervención”.

La denuncia derivó en una presentación ante estratos judiciales; le tocó al fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta. La denuncia había comenzado con una auditoría preventiva de Asuntos Internos iniciada por una denuncia anónima. El procedimiento incluyó la suspensión transitoria de los 24 agentes. En La Plata definieron los hechos bajo investigación como “un armado conspirativo”. No se descarta que haya material probatorio que refleje la intención de organizar un clima de descontento por supuestos reclamos salariales.
La denuncia desencadenó el primer choque en clave electoral de la gestión de Kicillof, en particular del ministro Alonso, con la titular de esa cartera por la Casa Rosada, Patricia Bullrich. Consultado por Tiempo, el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, encuadró los hechos como el prólogo de “una campaña roñosa”.
Así se refirió al mes y dos semanas que restan para los comicios del 7 de septiembre. “Conociendo a esta gente (por Javier Milei, Santiago Caputo y la propia Bullrich) estaremos atentos y vigilantes ante las operaciones políticas que quieran armar. Ya lo dijo el gobernador: va a ser una ‘campaña roñosa’. Habrá que estar atentos”, insistió Bianco.
Otra fuente de la PBA destacó la rapidez con la que se actuó luego de que Asuntos Internos “pudiera comprobar estos temas”. Ese fue el resultado, dijo, de la primera etapa de la auditoría. “La idea fue cortar de raíz, dejar claro que acá no se pelotudea”, confió a este diario. Por otro lado, en La Plata recordaron que la actividad partidaria o sindical de la Policía bonaerense está prohibida por la ley orgánica que regula la labor de los integrantes de la fuerza.

La polémica con Bullrich y Bondarenko indicó que la seguridad será uno de los tópicos que el mileísmo buscará privilegiar en la campaña. El PJ eso lo tiene claro; en Fuerza Patria lo dan por sentado y lo asumen con naturalidad. En cambio, lo que aún está por verse es si los distintos sectores del PJ podrán mostrar una agenda común y un discurso electoral compartido. Parece difícil.
Entre martes y jueves Kicillof visitó los municipios de Almirante Brown y Berazategui Brown (sur del GBA) y también Marcos Paz (oeste). Lo hizo solo con candidatos de su sector, el Movimiento Derecho al Futuro. En las primeras dos jornadas lo secundó la vicegobernadora Verónica Magario; el jueves fue acompañado por su ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis. Se sabe: Magario encabezará la boleta de Fuerza Patria en la Tercera sección, Katopodis lo hará en la Primera.
Mientras Kicillof hacía recorridas “de gestión” (entrega de escrituras en Almirante Brown, adjudicación de viviendas en el barrio Kennedy de Berazategui, habilitación de un tramo de la ruta provincial 40 en Marcos Paz) los principales referentes de La Cámpora exhibieron una agenda diferenciada. Los casos más notorios los protagonizaron la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y el jefe del bloque de diputados bonaerenses por Unión por la Patria, el matancero Facundo Tignanelli. Ambos (también se sabe) estarán en la boleta de la Tercera.
Este jueves, la intendenta Mendoza encabezó un plenario de Fuerza Patria en su distrito. En un tramo de su discurso acercó su celular al micrófono y lo puso en alta voz para compartir con todos los asistentes un mensaje de audio enviado por Cristina Kirchner desde su detención domiciliaria, en San José 1111. “Mucha fuerza, mucha potencia, porque se necesita para que estos tipos que están hambreando a la gente tengan su merecido en las urnas”, decía el saludo de CFK.
El día anterior, la jefa comunal de Quilmes había sido entrevistada en el canal de streaming Laca: junto con Tignanelli, Mendoza dijo allí que su relación personal con el gobernador era nada más que “institucional”. Además, objetó que Kicillof no hubiera acompañado “taxativamente” a Cristina cuando la exmandataria se postuló para presidir el PJ. También volvió a cuestionar el desdoblamiento de las elecciones de PBA dispuesto por el mandatario provincial: “Es un experimento que vamos a ver como sale”, reiteró sobre ese punto.
El factor aglutinante
Aunque la campaña formalmente no se inició -la Junta Electoral de PBA aún no oficializó las candidaturas-, Fuerza Patria arrancó el calendario proselitista con una receta poco recomendable para la búsqueda del voto: exhibiendo distancias, con agendas paralelas y reproches intactos. Pueden ser señales de molestia y desconfianza que subsisten tras la negociación para integrar las listas, a la que varios protagonistas definen como la más dura de las últimas tres décadas.
Cuando la puja por las candidaturas encontró su desenlace, las circunstancias dejaron un campo plagado de desconfianzas: desde La Cámpora y otros sectores kirchneristas repudiaron que el sector de Kicillof hubiera subido a la plataforma informática de la Junta Electoral “listas espejo” del Partido del Trabajo y la Equidad (ParTE), agrupación que supo estar ligada a Alberto Fernández. Esas listas fueron dadas de baja el martes a las 3 de la madrugada. Para el axelismo esas nóminas habían funcionado como resguardo ante la eventualidad de que no hubiera acuerdo y la alianza Fuerza Patria quedara disuelta.
Nunca quedará claro si esa opción estuvo en la baraja de las posibilidades o si fue solo un rumor que se echó a correr para generar un efecto: forzar (o tratar de hacerlo) una capitulación. En el MDF sostienen que la apoderada Patricia García Blanco llegó a transmitirle a Cascallares -que representaba al axelismo- algo en esa línea. Detallan incluso la hora en que se habría recibido ese mensaje, que estaba cargado con una ojiva nuclear: hablan del sábado último a las 18:55.
Otro capítulo de la tensión gira alrededor de las candidaturas testimoniales. La diputada provincial Teresa García, muy cercana a Cristina, las consideró “un desacierto”. Advirtió que su uso podría profundizar el descreimiento y la falta de participación. Lo dijo el martes, en declaraciones radiales. Y algo similar plantearon Mendoza y Tignanelli en en el streaming Laca.
No es un tema menor: varios intendentes cercanos al gobernador optaron por postularse al frente de las listas de concejales. Son Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Espinoza (La Matanza), Mario Secco (Ensenada), Juan José Mussi (Berazategui), Andrés Watson (Florencio Varela) y Fabián Cagliardi (Berisso). Otro caso de “testimonial” es Magario, nada menos que la vicegobernadora. También hay jefes comunales alineados con CFK que eligieron el mismo recurso: es el caso de Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Pablo Zurro (Pehuajó).
Con esos antecedentes, los distintos sectores del frente del PJ aceptaron, pese a todo, ir juntos: confluir en la misma boleta. ¿Qué los mantuvo adentro? Simple, la expectativa de triunfo.
“En la política mandan las expectativas”, destacó a Tiempo uno de los artesanos de la reciente orfebrería electoral del peronismo. El hombre, que todos los días estudia encuestas y el último fin de semana salvaje se vistió de componedor, ve números estables pero alentadores en la Tercera y en la Octava más una diferencia menor en la Primera. Por eso, sin trasuntar emociones, arriesgó: “Podemos ganar la Provincia el 7 de septiembre.”